¿LA FÍSICA, MATEMÁTICA, O CUALQUIER CIENCIA EXACTA TE DA UNA VENTAJA EN EL BILLAR?
Un ensayo aportado por Axel Sanjur, Panamá.
En efecto jugar al billar tiene que ver con la física y demás ciencias exactas, entonces, en teoría, un físico podría ser un buen jugador de billar. Definitivamente, hay momentos en que un conocimiento de la física puede ser útil. Por ejemplo, cuando golpea una bola blanca, al igual que cuando golpea una pelota de béisbol, hay un “punto dulce” que puede golpearse para que no se desarrolle una fuerza de fricción entre la pelota y la mesa. El conocimiento de la física también puede ayudar a un jugador a aprender más rápido y sentirse más seguro. Puede darle al jugador una nueva apreciación de por qué las bolas se comportan como lo hacen.
“LA TEORÍA ES UNA COSA Y PONERLO EN PRÁCTICA OTRA”
Sin embargo, existen dificultades al aplicar el conocimiento de la física a un juego de billar. El conocimiento del momento y las colisiones es útil, pero hay una gran variedad de variables a considerar, lo que resulta en numerosas complicaciones potenciales. Las bolas que se deslizan, ruedan o giran se comportarán de manera diferente. Además, puede haber fricción o irregularidades en la superficie de la mesa de billar, además de variantes en la constitución y peso de los equipos utilizados (tacos, botanas, bolas, etc.) Al final, calcular lo que sucede una vez que se golpea la bola blanca, puede ser un problema de física muy complejo y difícil de resolver si se quisiera depender exclusivamente de la ciencia.

“PRÁCTICA, PRÁCTICA Y MÁS PRÁCTICA”
En general, el conocimiento de la física por sí sola no será suficiente para ser un gran jugador. Si bien el pensamiento y la planificación pueden ayudar antes de que se realice un disparo, el disparo en sí no debería requerir mucho pensamiento, sino que debe ser llevado por la intuición, y esta intuición proviene de la práctica y la experiencia. Esto significa que no hay sustituto para la práctica. Muchos de los mejores jugadores pueden hacer tiros fantásticos sin ningún conocimiento formal de física: pero a través de la práctica, han desarrollado su intuición hasta el punto en que “saben” a dónde irá la pelota con cada tiro. Una cantidad extraordinaria de práctica significa que el jugador habrá experimentado mucho, por lo que podrá predecir el movimiento de las bolas a través de la experiencia.
CONCLUSIÓN: Conocer y comprender muchas ciencias derivadas de la matemática nos otorga un pensamiento abstracto, lógico y ordenado de las cosas. Y en definitiva nos puede ayudar a comprender el porqué de las cosas (especialmente en este deporte que tanto nos gusta), y en función de ese conocimiento hacer las correcciones necesarias, pero sin duda esto no lo es todo. La práctica y la experiencia es nuestro mejor maestro que, si integramos adecuadamente con la ciencia, nos hará personas más críticas, ordenadas y lógicas, y probablemente; “mejores billaristas”.
Ensayo aportado por: Axel Sanjur, Panáma.
Maestría en física teórica y apasionado del billar.
10/08/2019
Como bien dice Axel las ciencias exactas pueden ayudar, tan es así que carambola esta plagada de sistemas de diamantes, que si bien, a primera vista parecen simples sumas y restas; estos sistemas de diamantes contienen la consideraciones de “variables científicas” de velocidad, fuerza, efecto, etcétera, que culminan en una especie de formula simplificada para un escenario en particular. Un escenario que si uno como billarista, ejecuta correctamente y las condiciones son adecuadas, el resultado es casi perfecto.
Sin embargo la experiencia, habilidad e intuición del billarista, o bien, un conocimiento científico aplicado, puede permitirle al billarista hacer que esa formula o sistema, funcione aún en un escenario para el cual no fue diseñado. Por ejemplo, sabiendo que al realizar un tiro, habrá un salto, como consecuencia un punto de contacto diferente, y por ende un angulo de salida diferente, el billarista puede hacer un ajuste para elegir un angulo diferente o contrario al que marca el sistema, y aún así hacerlo funcionar.
La práctica en sí, podría verse como lo conocido como “Ensayo y error”, prueba y error. Y como Axel menciona, este conocimiento de las ciencias exactas pueden ayudar a aprender más rápido, o dicho de otra manera, a reducir la curva de aprendizaje. Por poner un ejemplo, si un tiro en particular pudiera requerir 1,000 intentos para dominar sin tener ninguna comprensión “científica”, comprendiendo adecuadamente ciertos aspectos de rebotes, colisiones, efectos, podría ayudar a que ese dominio se logre tal vez con 500 intentos, o 700 o 300 según la habilidad propia de quien lo ejecute.
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A tirar ¡Buena Bola!
Joaquín Díaz “Yuko”